GENTES,
COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE
CASTELLÓN:
Por: JUAN E. PRADES BEL, "Pragmátic" ("ESPIGOLANT CULTURA": taller de historia, memorias y patrimonios).
(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…
(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DEL PARQUE NATURAL DEL PRAT DE CABANES-TORREBLANCA (CASTELLÓN, ESPAÑA).
"LOS PRETÉRITOS MOTIVOS FUNDACIONALES DEL
POBLADO COSTERO DE TORRELASAL, EN LA
RIBERA DE CABANES DE LOS SIGLOS XVIII-XXI".
Escribe:
JUAN EMILIO PRADES BEL.
El
poblado rural de Torre la Sal, también referenciado como Torre de la Sal o Torrelasal situado en
el término municipal de Cabanes (Castellón), se trata de un lugar ensoñador
ubicado junto al mar, es una aldea acogedora para el foráneo visitante, y para
los autóctonos es un vínculo entrañable, y un sutil contenedor de esencia cultural de una manera de ser y de
vivir en el medio rural, es un lugar asentado sobre la prehistoria, pero la
parte urbana emana historia de la época moderna, de un pasado fundacional
agropecuario y marinero, orígenes que se remontan en el tiempo desde finales
del siglo XVIII hasta el actual siglo XXI.
-
Hoy día se hace difícil saber o conocer,
toda la evolución histórica y la dimensión de este entorno, puesto que el tipo
de vida individual, familiar, social y económica a ido cambiando y
desapareciendo con el paso del tiempo y el pasar de sus gentes, del pasado solo
van quedando rescoldos de unos vínculos emotivos de vida, comprimidos en unas memorias
que desaparecen.
- Pero a pesar de esas precariedades de
testimonios vivos, el propio territorio lleva escrito en su bagaje su propia
memoria y lenguaje, encerrando y conservando en sí mismo parte de la
información y los vestigios de esos periodos pretéritos del pasado, que
permiten al investigador interpretar la evolución histórica del territorio de
Torre la Sal y alrededores, acercándonos a su evolución a partir del siglo
XVIII, reflejándose en sí una cosmovisión continuada de un poblado de vida
rural, conformado por agricultores y ganaderos de mayoritaria tradición
agropecuaria, conviviendo con algunos pescadores locales, y con pescadores
foráneos de residencia o tránsito temporal, hasta la década de los años 60 del
pasado siglo XX, estos marineros estacionales venían del grao de Burriana,
alquilando casas a los labradores en Torrelasal para venir a trabajar en la
época de primavera-verano para la explotación de los caladeros de esta costa.
-
Hay en Torre la Sal varios iconos históricos presentes, tangibles y visitables
que suelen pasar desapercibidos, y se deberían de velar y salvaguardar de su
desaparición, e incorporarlos como bienes culturales y de patrimonio de interés
local, y proyectar sobre ellos la visión de un valor cercano de memoria para la
trasmisión y la divulgación de la historia y la cultura local, y por y para la
interpretación evolutiva y proyectual del territorio, se trata de hitos que
marcaron, motivaron, sostuvieron o incidieron con su presencia en el azaroso
devenir de la historia y en la fundación de Torrelasal .
A
continuación, muestro una reseña de iconos, obras hidráulicas, hitos y
elementos relevantes que en parte inciden e interactúan en la historia reciente
de época moderna y contemporánea del poblado de Torre la Sal:
(1)-
LA TORRE VIGIA DE COSTA DE TORRELASAL: La torre vigía de costa de Torrelasal,
fue construida en el siglo XVI, pertenecía a la línea de torres de defensa de
la costa del antiguo Reino de Valencia, cumplía la misión de vigilancia y de
protección de los habitantes de las poblaciones costeras ante los ataques de
los piratas berberiscos. Toda la costa se podía comunicar de torre en torre, y
estas, con los castillos, para dar la alarma sobre la presencia de piratas en
las aguas marítimas cercanas. Este baluarte militar llamado torre de la Sal, el
topónimo salino es por estar enclavado en el extremo sur de un terreno que fue
una salina ibero-romana. La torre se encuentra junto a la playa al sur del
poblado, a una distancia de unos 200 metros, la torre es de planta cuadrada de
unos seis metros de lado. Dispone sillares en las esquinas y de mampostería
irregular en el resto de las paredes. El vano de la única puerta de acceso es
de arco de medio punto, recayente a la fachada que mira hacia la torre del Rey
en Orpesa del Mar. El poblado Torrelasal toma su nombre prestado de esta torre
vigía de la costa.
(2)-
CANAL DEL PONT ROIG: El canal de drenaje de la acequia del Pont Roig es una
obra hidráulica de conducción de aguas, construido en una primera obra a
finales del siglo XVIII, sucesivamente se ha ido drenando y reparando toda la
parte final de la obra por los destrozos que causa el mar, este canal ésta
relacionado con los quadrons/marjales (azarbes), el canal es una gran acequia
de tierra que conduce el agua drenada de los manantiales llamados en estas
tierras” Ullals”, y de las acequias que drenan “els Quadrons”, para dirigirlas
a desaguar al mar. En el tramo final de la obra del canal donde se encuentran
las dos aguas dulces y salobres fue abierto el canal excavando su cauce sobre
las rocas de calcarenitas, que es una barrera natural de rocas sedimentarias
que protegen frente a los embates del mar, las viviendas del poblado de Torre la
Sal.
-
La obra de la bocana a la parte final
del canal fue diseñada y construida con piedras talladas trabadas con otros
sillares trabajados, construyendo asimismo un puente de paso y un sistema de
compuertas de abertura y cierre para regular el paso del agua drenada sobrante
o para cerrar su extracción en épocas de sequias, o para evitar el reflujo de
las mareas que pudiesen entrar en el canal de drenaje de la acequia. La bocana
empedrada del Pont Roig también llamado con los topónimos “canal Vell” o “canal
Empedrat”, desemboca en el mismo poblado de Torrelasal.
(3)- EL CANAL DEL CENTRO: Se trata de una obra hidráulica
de drenaje, con acequias de tierra,
canales, en la desembocadura del canal hay un puente de paso, que emplaza un
sistema de compuertas de cierre y apertura para regular el cauce de salida del
agua. Esta obra parece fue construida o abierta para drenaje en una primera
obra a finales del siglo XVIII, en varias
ocasiones se ha drenado todo el canal y reparado la parte final de la obra por
los destrozos que sobre la infraestructura a venido causando el mar .
-
Este canal del Centro ésta relacionado con los drenajes de “els Quadrons” de
los antiguos arrozales, está compuesto por una gran acequia que conduce el agua
drenada por filtraciones, para desaguarla al mar, en la bocana del canal fue
construido un puente de paso vecinal y un sistema de compuerta para regular el
paso del agua drenada y sobrante, para la regulación del flujo del agua en
movimiento, la circulante y escurrida aguas arriba, atrapada y drenada por la
propia obra hidráulica, o bien para cerrar la extracción de aguas en épocas de
sequias y mantener los niveles de agua para salvaguardar el nivel freático de los
azarbes de los marjales y de las norias, o en sentido inverso para evitar el
reflujo de las mareas que pudiesen adentrarse en el canal. Esta parte final de
la bocana del canal del centro fue construida con piedra tallada y sillares
trabajados.
(4)- LA FOSA ALUVIAL CUATERNARIA DE LA PLANA
LITORAL OROPESA-TORREBLANCA: En esta fosa se alberga el gran humedal del Prat
de Cabanes-Torreblanca declarado Parque Natural que cuenta con protección
medioambiental, este paraje albergó los llamados “els Ullals de la Boca de
l’Infern” y “ els Clots de l'Infern”, más al sur está la albufera de Oropesa,
hoy día totalmente colmatada y desecada, que fue uno de los lugares en cuanto a
provocación de epidemias más peligroso y mortífero del antiguo Reino de
Valencia .
(5)-
EL ROQUER O ROQUEDO LITORAL DE TORRELASAL: El roquedo sobre el que se cimienta
el poblado y que constituye una barrera frente a la invasión del mar,
protegiendo las viviendas y a sus habitantes del azote de la bravía mar,
evitando males mayores tanto materiales como personales, y otros daños que
suelen provocar los fuertes temporales de mar y aquí se evitan estratégicamente
por medio de esta barrera natural de tipo dunar, pétrea y fosilizada, con
vinculaciones antrópicas pre y protohistóricas. Las primeras casas del poblado
de Torre la Sal de época moderna, se las sitúa en donde hoy día es una placeta
de obra construida por delante del paseo marítimo, y que estaban entre los dos
canales, era una agrupación de 4 o 5 casas antiguas, cuyos cimientos se levantaron
al construir la plaza, quedan vestigios de paredes de cimentación. En las
décadas centrales del siglo XX, en donde hoy día existen dos palmeras, se situaba una casa que
recaía sobre el Canal de Centro, está vivienda fue habilitada para ser la residencia
del comandante del puesto de la Guardia Civil de Torre la Sal que estaba a unos
20 metros del cuartel situado al otro lado del canal, detrás del cuartel
delante de la masía de Benjamín (también llamada la casa del inglés o del
capataz) donde existía un pozo de agua dulce que se podía beber, a pesar de
estar el pozo casi dentro del mar.
(6)-
LES SENIES (NORIAS DE SANGRE): Las norias se construyeron a todo lo largo del “camí
de l'Atall” (camino de los Atajadores), el gradiente sedimentado se va elevando
paulatinamente y los niveles freáticos quedan hondos entre 2 y 5 metros de
profundidad, por lo que para aprovechar el agua subterránea se tenían que
perforar pozos y construir norias . Estas norias en su mayoría fueron
construidas a lo largo del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, con
anterioridad en época morisca y andalusí ya existían norias por los alrededores
a partir del año 1000 en uso vigentes hasta finales del siglo XX .
(7)-
ELS CUADRONS/MARXALS: “Els cuadrons” son parcelas agrícolas rodeadas de
acequias de drenaje, excavadas y abiertas en dirección sudeste-noroeste que
drenan las aguas surgentes conduciendo
esas aguas de manantial nacientes, y derivando el drenaje del agua de lluvia
hacia los canales mayores (les sequies grans) abiertos
longitudinalmente, abriendo el suelo por excavación direccionada de norte a
sur, para hacer circular las aguas de estancadas a corrientes, drenándolas y
conduciéndolas para desembocarlas al mar.
Los aquí llamados “cuadrons” son parcelas de tierra con azarbes, en
Torreblanca se denominan “marxals” (marjales) que ya describió Antonio Josef
Cavanilles a finales del siglo XVIII (1795-1797) en su obra “Observaciones
sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno
de Valencia”, en que describe un relato sumamente descriptivo de las marjales
de la Ribera de Cabanes:"...Continúa el cultivo hasta más allá de
Torreblanca, en donde empiezan las marjales...la más baxa, que sin duda estuvo
anegada en otros tiempos y lo estaría aun sin la industria de los hombres, se
ve cruzada en ángulos rectos por varios azarbes, por donde las aguas corren a
otros principales que se dirigen al mar. La tierra que resultó del cieno que
produxo la excavación y limpia de azarbes se esparce por los campos, y va
engrosando la superficie con repetidas y nuevas mejoras; ...".
La
limpieza de los azarbes para quitar el cieno que cita Cavanilles los oriundos
lo denominan palonar y se realiza con una herramienta de hierro como una pala
muy plana que se llama paló.
(8)
Otros elementos: El acüífero del Maestrazgo, la casa del inglés o casa del
capataz....
- La pregunta que impulsa este trabajo es el
tratar de vislumbrar los acontecimientos y los motivos de sus moradores
fundadores, sobre qué fue, lo que determinó la elección de ubicación y
construcción paulatina de este asentamiento tan encima del mar por los colonos
agrarios, cuya motivación para vincularse a este lugar era la ocupación y la explotación
de las tierras colindantes de labranza, los yermos y los pastos.
Hay
dos iconos claves que han marcado el destino histórico de este territorio, uno
es la torre vigía, un símbolo de defensa de la costa del país y de sus
habitantes contra los ataques y “razzias” de la piratería islámica, durante
siglos esta amenaza real impidió el desarrollo agrícola y económico de la zona
costera y de las áreas prelitorales. El otro icono importante es el humedal del
Prat, un lugar que provocaba numerosos brotes de peste, según nos informa
(Pablo Giménez Font ) que lo describe en los siguientes términos (sic): “...
Hacia el final del siglo XVIII existen referencias a las transformaciones de la
albufera de Oropesa para evitar los
repetidos brotes de paludismo de 1767 (año en que enfermó toda la población
salvo una mujer), 1777, 1778 y 1784. Se realizaron entonces intentos de
desecación, drenaje y colmatación, así como el desvío del cauce del río
Chinchilla. Las referencias documentales constatan altos niveles freáticos y
estancamiento de aguas que no consiguen remediar la apertura de zanjas y
canales de drenaje. Estas condiciones ambientales no son favorables para el
poblamiento en torno a los humedales del Prat de Cabanes de lo que se deduce
que las fluctuaciones climáticas y freáticas, tal y como hemos planteado en
esta discusión, debieron tener incidencia en la ocupación del entorno de la
Torre de la Sal en el pasado. Cambios más recientes de planificación con
diversos intentos de explotación agrícola del Prat de Cabanes (aterramientos,
apertura de canales y golas) acaban fracasando y en las décadas recientes se
produce un abandono de cultivos y la recuperación del humedal. Desde 1956 se
aprecia además un retroceso de la línea de costa que en algunos tramos llega a
ser del orden de 30-60 metros...”
El
intento de solución a estas grandes epidemias y males que diezmaba mortalmente
a gran parte de la población vino de una Real cédula de Carlos III en el
año1785 (Real Cédula de S.M. y señores del Consejo, por la cual se manda que
para evitar en lo sucesivo las Epidemias de Tercianas ocurridas en el Reyno de
Valencia, se pongan en curso las Aguas estancadas, y se observen las demás
reglas que se prescriben para dicho fin. Año 1785. Imp. Benito Monfort,
Valencia, 5 pp.)
Las
obras de drenaje y desecamiento del humedal, permitió a las gentes sobrevivir
sabiendo que el lugar era un foco de epidemias, paludismo, malaria, terciana,
miasma, vapor o calenturas. Pablo Giménez-Font en su obra “la epidemia de
malaria de 1783-1786: notas sobre la influencia de anomalías climáticas y
cambios de usos del suelo en la salud humana” comenta sobre el conocimiento de
esta enfermedad a finales del siglo XIX y las medidas de prevención de la
época, y dice así (sic) :”....Cuando en 1880 Charles Louis Alphonse Laveran
descubrió que el vector de la enfermedad era un mosquito, la medicina había
alcanzado un grado tal de conocimiento sobre su comportamiento que, en algunos
textos médicos, la mayoría de ellos basados en la experiencia acumulada,
bastaría con cambiar las palabras «miasma» o «vapor» por la palabra «mosquito»,
para pensar que se estaba hablando de la misma cosa. No obstante, la diferente
causalidad tuvo influencias directas sobre teorías médicas y estrategias de
control de la enfermedad: si el ambientalismo resaltaba la necesidad de
trasformar las condiciones del medio —último causante de la enfermedad—, la
irrupción de las corrientes bacteriológicas a finales del siglo XIX recalcó la
necesidad de actuar sobre el individuo y su entorno inmediato”.
CONCLUSIONES (por Juan E. Prades):
(1)-
Los intentos de poblamiento de este territorio de agua, se debían al interés de
explotación de las bondadosas y fructíferas tierras colindantes, y para
aprovechar los recursos que ofrecía el agua con garantías para el desarrollo de
la agricultura.
-
Las casas del poblado de Torre la Sal, muy probablemente se construyeron para
dar acogida y cobijo, a las familias que allí fueron a vivir, muchos de los
nuevos vecinos eran del interior, de Cabanes y de la Plana de l'Arc, todos de
oficio y tradición agropecuaria.
-
El proceso de ocupación y transformación de los alrededores para poner en
cultivo las tierras lacustres y todas las tierras útiles para labranza, empieza
a partir de los siglos XVIII-XIX y todo el siglo XX.
(2)-
Lo que motivo la elección del lugar y el punto en donde poder construir sus
casas los colonos del asentamiento de Torre la Sal no fue por un hecho al azar,
fue un motivo medido y meditado, sobre las complejas vinculaciones entre las
personas, la sociedad, la salud y el medio ecológico bien sabidas y entendidas y
vistas a lo largo de la historia, todo parece indicar que el fin determinante
de la elección del propio lugar, fue un propósito de profiláxis salutífera,
con la intención de prevenir y tratar de evitar al máximo las enfermedades,
tratando de cuidar de la salud propia de personas y animales domésticos, el
vivir en las proximidades de las zonas pantanosas con aguas estancadas hacia
tener miedo, prudencia y respeto a los medios acuáticos de aguas estancas, en
1882 una de las medidas de prevención contra las epidemias fue la prohibición
de plantar arrozales en esta zona, y la obligación de evitar el estancamiento
de las aguas muertas, dándoles vías de drenaje, corriente y movimiento, y dotar
de una desembocadura de desagüe para
verter las aguas sobrantes al mar.
-
La brisa y el viento, venidos del mar hacia tierra, sobrepasando un terreno
llano sin montañas ofrecían ciertas garantías de salud, se tenía comprobado que
protegía a los vivientes de enfermar, como ejemplo muestro el caso citado por
Cavanilles en el año 1792 en su visita de estudio a su paso por la plana de
Albalat que cita esas observaciones sobre la albufera de Oropesa del Mar
(sic):.”...Mueren entonces los peces que entraron con las aguas del mar;
perecen las infinitas plantas acuáticas que crecieron con lozanía; se levantan
de estos despojos y cadáveres vapores infectos, y se altera la atmósfera de tal
modo, que al tragar el ayre los vivientes beben la muerte, ó el veneno que la
ocasiona. Los vientos soplan regularmente del mar hacia la villa (Oropesa), y
hallando obstáculos insuperables en los montes acumulan continuamente la
infección sobre los pobres vecinos. Así es que los dos ó tres que viven en la
torre del Rey, situada a la orilla del mar sobre un cerrito de mármol negro, se
conservan sanos, mientras que los del pueblo están gravemente enfermos. Se ha
observado que cuando reyna el viento de norte, no se agravan las enfermedades y
se suspende el contagio. En un pueblo de tan pocos vecinos hubo año de morir
hasta quarenta personas, de estar todos enfermos esperando igual suerte, y de
perecer todos los niños: estos mueren de tercianas, y los grandes de calenturas
malignas que declinan en pulmonía y
dolores de costado. Todo forastero se puede contar por perdido en tiempo de
epidemia: con dificultad puede resistir á los primeros ataques por la violencia
con los que les entra la calentura , dexándolos sin fuerza y regularmente sin
uso de razón . Las enfermedades se manifiestan en Julio, y aumentan en malicia
hasta noviembre: los que evitaron la muerte quedan con tercianas otoñales de
una malignidad extraordinaria...
Así
comenzó la heroica epopeya del asentamiento de Torrelasal....
(Juan
Emilio Prades, Torreblanca/2013)
ADDENDA:
Charles
Louis Alphonse Laveran (1845-1922), Médico microbiólogo: "En 1878
después de haber acabado mi periodo de agregación en la Escuela de medicina
militar de Val de Grâce, fui enviado a Argelia para responsabilizarme de un
servicio en el hospital de Bône. Gran número de mis enfermos padecía fiebres
palustres y me sentí obligado a estudiarlos, pues en Francia sólo había
observado formas raras y benignas de la enfermedad. Tuve la oportunidad de
hacer la autopsia de individuos fallecidos de fiebre perniciosa y de estudiar
la "melanemia", es decir, la formación de pigmento negro en la sangre
de los sujetos afectados por fiebres palustres. Ésta había sido descrita por
varios observadores, pero no se fijó ni la constancia de esta alteración en la
malaria, ni la causa de la producción del pigmento.
Fui
sorprendido por las características particulares que presentaban los granos de
pigmento, en particular en los capilares del hígado y los centros
cerebroespinales, y procuré buscar en la sangre de los enfermos afectados por
la fiebre palustre la formación del pigmento. Encontré en la sangre leucocitos
más o menos cargados de pigmento; junto a éstos, cuerpos esféricos pigmentados
de volumen variable, dotados de movimientos ameboides, libres o adheridos a
hematíes; corpúsculos no pigmentados que formaban manchas claras en los
hematíes; por último, elementos pigmentados en forma de medias lunas que
llamaron mi atención; supuse que se trataba de parásitos.
En
1880, en el hospital militar de Constantine, descubrí sobre los bordes de los
cuerpos esféricos pigmentados, en la sangre de un enfermo afectado de fiebre
palustre, elementos filiformes que se parecían a flagelos que se agitaban con
una gran vivacidad desplazando los hematíes próximos; desde entonces no
albergué más dudas sobre la naturaleza parasitaria de los elementos que había
encontrado; describí los principales aspectos bajo los cuales se presenta el
hematozoario de la malaria, en notas y en un opúsculo titulado Nature
parasitaire des accidents de l'impaludisme, description d'un nouveau parasite
trouvé dans le sang des malades atteints de fièvre palustre, Paris 1881,
dirigidas a la Academia de Medicina y a la Academia de las Ciencias
(1880-1882). Estos primeros resultados de mis búsquedas fueron acogidos con
mucho escepticismo. En 1879, Klebs y Tommasi Crudeli habían descrito, con el
nombre de Bacillus malariae, un bacilo hallado en el suelo y en el agua de las
localidades palustres y el gran número de observadores italianos habían
publicado trabajos que lo confirmaban. El hematozoario que presenté como el agente
de la malaria no se parecía a las bacterias; se presentaba bajo formas
singulares; se salía, en una palabra, del dominio de los microbios patógenos
conocidos, y muchos observadores, no sabiendo cómo clasificarlo, optaron por lo
más simple: poner en duda su existencia. En 1880, la técnica del examen de la
sangre era, desgraciadamente, muy imperfecta, lo que contribuyó a prolongar las
discusiones relativas al nuevo hematozoario. Hubo que perfeccionar esta técnica
e idear nuevos procedimientos de tinción para poner de manifiesto la estructura
del hematozoario. Los trabajos que ratificaban lo que yo encontré fueron raros
al principio, pero se multiplicaron después cada vez más, al tiempo que se
descubría, en diferentes animales, parásitos endoglobulares que presentaban
gran parecido con el hematozoario de la malaria. En 1889, mi hématozoario había
sido hallado en la inmensa mayoría de las regiones palustres; no podíamos ya
poner en duda su existencia, ni su papel patógeno.
Antes
que yo, los numerosos observadores habían procurado sin éxito descubrir al
agente de la malaria; también habría abandonado si me hubiera contentado con
examinar el aire, el agua y el suelo de las localidades palustres como se había
hecho hasta entonces; tomé como base de mis búsquedas la anatomía patológica y
el estudio in vivo de la sangre palustre, y así es como pude llegar al
final". Después del descubrimiento del parásito de la malaria en la sangre
de los enfermos, todavía no se había resuelto una cuestión importante: ¿ en qué
estado existía el hematozoario en el medio exterior y cómo se producía la
infección? La solución a este problema requirió trabajos largos y laboriosos.
Después
de haber intentado vanamente descubrir al parásito en el aire, en el agua o en
el suelo de localidades palustres, y cultivarlo en los medios más variados,
llegué a la convicción de que el microbio ya se encontraba en el cuerpo del
hombre, en estado parasitario, y muy probablemente en los mosquitos. Emití esta
opinión en 1884 en mi Traité des fièvres palustres y volví a repetirlo varias
veces”.
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manda que para evitar en lo sucesivo las Epidemias de Tercianas ocurridas en el
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Torre de la Sal , Ribera de Cabanes". Publicación en el “Llibre Festes Patronals Sant Pere, La Ribera de
Cabanes”, página 51-53, any 2013.
-PRADES
BEL, JUAN E.(2014): "El Prat de Cabanes y Torreblanca que vio Antonio
Josep Cavanilles en 1791-1795”. El7Set....
COLECCIÓN
FOTOGRÁFICA DE JUAN E. PRADES BEL
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