JUAN E. PRADES BEL
ERMITORIO DE SAN JUAN DE NEPOMUCENO, LA SARRATELLA
El Ermitorio de San Juan Nepomuceno es un conjunto de edificaciones, formado por una cuadra, la casa del ermitaño y la ermita. El interior del templo es sencillo. Tiene una nave central y dos pequeñas capillas laterales, que conectan con el cuerpo central a traves de dos arcos de medio punto. La longitud del templo es de 12 metros y su alzada no sobrepasa los cinco metros. Se estructura en dos cuerpos, una planta cuadrada y el presbiterio de menor anchura, y desde el que se accede a la sacristia. La fachada la remata una espadaña con su campana.
Las obras de la primera capilla u oratorio se inician el 16 de abril de 1759, siendo el primero de julio del mismo año cuando se coloca en esta primitiva construcción la imagen de San Juan Nepomuceno. Un año después se retomaron los trabajos en una segunda fase, que se alargaria hasta 1765. Ese año, concretamente el 16 de mayo, se celebra la primera misa en el ermitorio. No obstante las obras continuaron durante algún tiempo más y es el 26 julio de 1770 cuando la ermita y todas las dependencias quedan acabadas.
La devoción a San Juan Nepomuceno, no esta muy extendida por nuestras comarcas. En este caso, tanto la devoción como la construcción de la ermita actual nace gracias al esfuerzo y la espiritualidad de mosen Carles Vilaplana, vecino de Sarratella y que asume el cargo de rector de la población en el año 1744. Por consejo de padre Carles Vilaplana, los vecinos de la localidad escogieron a San Juan como cuarto patrón de la localidad a principios de la segunda mitad del siglo XVIII para defender sus derechos ante el pleito contra los derechos de primicia y hierbas movido por el administrador del real infante. Antes de que empezaran las obras del ermitorio, el rector, el año 1758 ya colocó un motón de piedras y una cruz en el Castellaret de la Talaiola, que ya visitaron los vecinos de Sarratella
La ermita esta ubicada a 939 metros sobre el nivel del mar, en el denominado Castellaret de la Talaiola. Desde este punto se domina una gran panoramica de la provincia de Castellón. El visitante puede observar casi una veintena de pueblos, entre los que se encuentran Les Coves de Vinroma, San Mateo, Salzadella, Tirig, Vilar de Canes, Traiguera, La Jana, San Rafael del Riu, Canet lo Roig, Xert, Culla, Benafigos, Xodos, Vilanova de Alcolea, Vinaroz o Peñiscola. Además, se puede obsevar el Delta del Ebro, la Sierra de Irta, el Desierto de las Palmas, la Sierra de Espadan y el Peñagolosa. Una gran parte de los días también se ven las Islas Columbretes. La romería a la ermita se celebra el lunes de Pascua. La primera peregrinación tuvo lugar el año 1803.
En Sarratella los vecinos mantienen una fuerte devoción por San Juan Nepomuceno, un santo de origen checo, concretamente de Nepomuk. Una devoción unica dentro de las fronteras valencianas. Como tal, quizas sea dificil entender como llega este fervor de los habitantes de esta localidad por el santo. Este era canonigo y confesor de la emperatriz de Bohemia, Juana de Holanda. Según nos cuenta la historia, su marido y rey de Bohemia, Wenceslao IV, sospechaba de la infidelidad de su mujer, por lo que le pidio al canonigo que le revelara los secretos. San Juan se negó, de tal manera que el rey se irrito tanto que ordenó que como castigo lo tiraran al rio Moldava desde el Puente de Carlos, a su paso por la ciudad de Praga el 19 de abril de 1393, murió ahogado y con signos de congelación.
El Papa Benet XIII lo canonizo en el año 1729. Esta fecha es clave para entender la llegada de la devoción a la Sarratella, puesto que en el periodo 1729-1731, un joven de la población, Carles Vilaplana, estaba estudiando en un seminario de Valencia. Tal y como el mismo cuenta en el Libro de Veneración de San Juan Nepomuceno, se encontró en esa época una estampa del Santo grabada, seguramente conmemorando su canonización. El hecho ocurrio en el camino de Ruzafa.
En su libro Carles Vilaplana dice que el siempre le ha tenido devoción al santo. El primero de julio de 1736 fue ordenado sacerdote y a partir de 1744 fue vicario de la parroquia de San Miguel de la Sarratella. Los impulsos de la devoción al santo al conjunto de la localidad llego en 1757, cuando por consejo de mosen Carles Vilaplana los vecinos de la localidad eligieron a San Juan Nepomuceno como defensor de sus derechos ante el pleito contra los derechos de primicia y hierbas movido por el administrador del real infante. También el mismo año mosen Carles Vilaplana, delante del peligro de perder sus corderos y el cortijo donde vivía, la Calzada, invocó al Santo para solucionarlo. Compro unos terrenos a Rafael Selma, situados en la parte mas alta del Castellaret de la Talaiola, y ahi, el 5 de febrero de 1758, ya formó un montón en una cruz como señal de la veneración común. El hecho de comprar un trozo de terreno fue porque no tenia claro hacer una capilla dentro del cortijo donde vivía.
Las obras de la actual capilla se iniciaron el 16 de abril de 1759. El primero de julio se coloco la imagen del santo, fue en ese momento cuando empezaron a subir mas devotos. El primer cirio lo subio Tomasa Albert, el 26 de julio del mismo año. Una cosa curiosa es que se busco una piedra agujereada para colocar el cirio por el pedregal de la ermita. En el año 1760, cuando unos obreros de Albocácer empezaron la reforma del ermitorio, no pudieron acomodar el cirio en ningún lugar. La leyenda cuenta que cada día lo tiraban, pero que cada mañana aparecia a los pies del santo. En 1762, San Juan fue nombrado cuarto patrón de la población. Aunque a partir de ese momento, eran habituales las celebraciones litúrgicas en el ermitorio, pero no fue hasta el año 1803, cuando se celebro la primera romería. Desde ese momento, la romería de cada lunes de pascua, se ha convertido en uno de los epicentros de las costumbres serratellanas, junto a las fiestas de San Miguel o San Antonio, donde los bueyes, la música, las danzas y el fuego, son los protagonistas.
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