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martes, 20 de septiembre de 2022

BORRIOL 1836.

GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por: JUAN E. PRADES BEL, "Pragmátic" ("ESPIGOLANT CULTURA": taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DEL MUNICIPIO DE BORRIOL (CASTELLÓN).

(Temáticas): LAS GUERRAS CARLISTAS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN.

"LA BATALLA DE BORRIOL DEL DOMINGO 5 DE JUNIO DE 1836, RELATADA EN PRIMERA PERSONA POR GONZALO DE CÁNOVAS EN CALIDAD DE TESTIMONIO VISUAL Y PARTICIPANTE DIRECTO DE LOS HECHOS".

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL.

INTRODUCCIÓN: La primera guerra carlista fue una guerra civil que se desarrolló en España entre los años 1833 y 1840 entre carlistas y liberales.

EXPOSICIÓN DOCUMENTAL:

Documento 1º: El Eco del comercio (Madrid). 10/6/1836, n.º 772. "Del diario mercantil de Valencia del día 6 tomamos el siguiente parte que manifiesta las nuevas ventajas conseguidas sobre la facción en el día 5 y en la provincia de Castellón de la Plana, dice así: Capitanía general dé los reinos de Valencia y Murcia.=: Plana mayor.= El coronel don Gonzalo Cánovas, comandante de la primera columna de operaciones de la provincia de Castellón, me dice con fecha del 5, á las ocho y media de la noche desde la capital de la expresada provincia, lo que sigue: .—Excmo. Sr.—Las armas de S.M. la Reina nuestra Señora han obtenido un triunfo completo sobre la facción del infame Serrador, que confiado en la superioridad de sus fuerzas compuestas de unos 2000 infantes y 250 caballos, y apoyados en las formidables posiciones de las alturas de la cuesta de Borriol, osó provocar á nuestros valientes. El combate ha sido acertado y á él se ha seguido una lección importante que nunca olvidarán los malvados. Mas de 90 de ellos muerden la tierra; sus heridos son bastantes, y en su vergonzosa huida abandonaron muchas armas, una caja de guerra y otros trofeos.

De nuestra parte cuento ocho heridos entre los cuales hay tres bizarros oficiales, capitán de caballería del Rey D. Antonio Masías, teniente del provincial de León D. Francisco Rodríguez, y subteniente D. Francisco Prades del 3." de voluntarios de Valencia, sintiendo haya sido de gravedad el sargento segundo de caballería José Paz. La acción ha durado desde las dos y media de la tarde hasta esta hora en que entro con mi pequeña columna en esta capital donde quedó toda la fuerza movilizada de las compañías de tiradores cubriendo su dilatada línea ó recinto.

El comandante de escuadrón del 1.°de línea del Rey don José Rizo, que á pesar de hallarse enfermo dejó la cama y se puso al frente de 32 caballos de su cuerpo, ha hecho prodigios de valor, sobre todo en una carga contra el grueso de la caballería facciosa hábilmente dirigida , que fue precursora de la victoria alcanzada por estos bravos en unión del provincial de León, que apenas contaba 400 hombres, y á cuyo frente se ha hallado constantemente su digno y valiente gefe el señor coronel don Pedro Antonio Hidalgo: ambos cuerpos se han llenado de gloria.

Los señores oficiales D. Joaquín Laso de la Vega, gefe de la P. M. y mí ayudante D. José Amaro de Trujillo se han portado con la bizarría y serenidad de costumbre , comunicando mis ordenes con la mayor eficacia, y despreciando siempre toda clase de peligros.

Entre el número de los valientes cuyos nombres espresaré en mi parte detallado, luego que me sean conocidos, no quiero retardar en citar i V. E. al patriota D. Sebastián Mareca , que se presentó voluntariamente , y durante la acción embebido en la bizarra compañía de cazadores del provincial de León , al que desde ahora recomiendo á V. E. muy particularmente , así como los demás señores gefes y oficiales ya mencionados.

Lo que de orden de S. E. hago saber al público para su satisfacción. Valencia 6 de junio de 1836.= El brigadier gefe de la plana mayor. =Juan Sociats.

El parte que antecede no hace sino confirmar lo que en otras ocasiones hemos dicho, y es que los facciosos nunca vencen sino sobre seguro, y aprovechándose de los descuidos: en lo demás ya acometan ya sean acometidos, ya sean inferiores ya superiores en número, como en la acción de Borriol, siempre deben contar con derrota segura, y esto debe animar á los desconfiados , y persuadirles que la muestra sola de resistencia es ya garante de la victoria. Pueblos, pelead y venceréis; quered solo, y los esclavos del despotismo, los cobardes asesinos desaparecerán para siempre de la faz de una tierra cansada de sufrirlos".

Documento 2º: El Español (Madrid. 1835). 12/6/1836, n.º 225. "NOTICIAS DE VALENCIA. CASTELLÓN DE LA PLANA. La 1.ª columna de operaciones ha tenido un ataque con la facción del Serrador, compuesta de 2.000 infantes y 200 caballos en las alturas de Borriol. La pérdida del enemigo ha sido de 90 muertos, muchos heridos, y habérsele cogido varios efectos de guerra: por nuestra parte se cuentan ocho heridos, entre ellos tres oficiales.

El 8 llegó el coronel Van Halen á Molina de Aragón, donde ha puesto ya las baterías por si el enemigo  osare acercarse".

Documento 3º: El Español (Madrid. 1835). 13/6/1836, n.º 226. "PARTES RECIBIDOS EN LA SECRETARÍA  DE ESTADO Y DEL DESPACHO DE LA GUERRA. El general encargado de la capitanía general de Valencia en 7 del corriente mes, traslada el siguiente parte que le ha dirigido el coronel D. Gonzalo Cánovas, gefe de la primera columna de operaciones.

“Primera columna de operaciones de la provincia de Castellón. Excmo. Sr.: Las armas de S. M. la REINA nuestra Señora han obtenido un triunfo completo sobre la facción del infame Serrador, que confiado en la superioridad de sus fuerzas, compuestas de unos 2.000 infantes y 250 caballos, y apoyada en las formidables posiciones de las alturas de la cuesta de Borriol, osó provocar á nuestros valientes. El combate ha sido acertado, y á él se ha seguido una lección importante que nunca olvidarán los malvados. Mas de 90 de ellos muerden la tierra: sus heridos son bastantes, y en su vergonzosa huida, abandonaron muchas armas, una caja de guerra y otros efectos. De nuestra parte cuento 8 heridos, entre los cuales hay 3 bizarros oficiales, capitán de caballería del Rey D. Antonio Macías, teniente del provincial de León D. Francisco Rodríguez, y subteniente D. Francisco Pradas, del tercero de voluntarios de Valencia, sintiendo lo haya sido de gravedad el sargento segundo de caballería del mismo cuerpo José Paz.

La acción ha durado desde las dos y media de la tarde hasta esta hora, en que entro con mi pequeña columna en esta capital, donde quedó toda la fuerza movilizada de las compañías de tiradores cubriendo su dilatada línea é recinto. El comandante de escuadrón del 1.° de línea del Rey, don José Rizo, que a pesar de hallarse enfermo dejó la cama y se puso al frente de 30 caballos de su cuerpo, ha hecho prodigios de valor, sobre todo en una carga, contra el grueso de la caballería facciosa, hábilmente dirigida, que ha sido precursora de la victoria alcanzada por estos bravos, en unión del provincial de León, que apenas contaba 400 hombres, y á cuyo frente se ha hallado constantemente su digno y valiente gefe el Sr. coronel D. Pedro Antonio Hidalgo: ambos cuerpos se han llenado de gloría.

Los señores oficiales D. Joaquín Laso de la Vega, gefe de la plana mayor, y mi ayudante D. José Amaro de Trujillo se han portado con la bizarría y serenidad de costumbre, comunicando mis órdenes con la mayor eficacia, despreciando siempre toda clase de peligros.

Entre el número de los valientes, cuyos nombres expresaré en mi parte detallado luego que me sean conocidos, no quiero retardar, citar á V. E. al patriota D. Sebastián Mareca, que se presentó voluntariamente, y durante la acción se batió embebido en la bizarra compañía de cazadores del provincial de León, al que desde ahora recomiendo á V. E. muy particularmente, así como los demás señores gefes y oficiales ya mencionados.

Dios guarde á V. E. muchos años. Castellón de la Plana a las ocho y media de la noche del 5 de junio de 1836—

Excmo. Sr.—El coronel de infantería, Gonzalo de Cánovas.

Excmo. Sr. comandante general del distrito de Valencia. —Es copia.—Bretón".

Documento 4º: El Nacional (Madrid. 1835). 16/6/1836. “NOTICIAS OFICIALES. Partes recibidos en la Secretaria de Estado y del Despacho de la Guerra. Primera columna de operaciones de la provincia de Castellón. = A las dos de la tarde, del domingo último, una alarma general se difundió por esta capital, y enterado de ser la causa que le origino el parte dado por un buen patriota, cuyo nombre y domicilio conviene no hacer público, avisando venir la facción en dirección de esta villa por al camino de Borriol, estando ya en la altura de la cuesta, al instante dispuse se formase mi pequeña columna, compuesta de 385 provinciales de León al mando del Sr. coronel D. Pedro Antonio Hidalgo, 200 quintos del provincial de Lorca al del capitán D. Pedro Teruel, y 270 del 3.º de voluntarios de Valencia al de su comandante D. Baltasar Cerrillo, que con 33 caballos del Rey, 1º de Línea á las órdenes del teniente graduado de capitán D. Antonio Masías, más unos 20 de la Guardia Nacional movilizada de Valencia de la izquierda del Turia, a las del capitán D. José Aguilar; total de mis fuerzas únicas para contrarrestar á los 2000 infantes y 250 caballos, capitaneados por el criminal José Miralles, (a) el Serrador. Determine mi salida al encuentro de la facción, que solo distaba ya tres cuartos de hora; y á los quince minutos entrados en el extenso arbolado que por dicha parte circunda la población, hice alto y subdividí las fuerzas en tres secciones, dirigiendo la de la derecha con el provincial de León su coronel; la de la izquierda, que la formaba el 3.º de voluntarios de Valencia su comandante Cerrillo, colocando como en reserva los quintos de Lorca, que cubrían la indicada fuerza de caballería, llevando la vanguardia de esta arma los del Rey, 1º de línea. En seguida se emprendió con calma nuestra regularizada marcha hacia los rebeldes, habiendo hecho adelantarse á los bizarros sargento segundo Francisco Diaz, cabo primero José Robles, con los soldados Joaquín Hernández, Luir Guzmán, Mariano Castuera y Antonio Fernández, de caballería del Rey, como exploradores, que precediendo á las guerrillas de las secciones de derecha  e izquierda, verificaban un prolijo reconocimiento, que aseguro á V. E. cumplieron de tal modo mis instrucciones, que su recuerdo me causa todavía una agradable admiración, pues no cabe, más inteligencia, serenidad e imponente desprecio del enemigo.

La entusiasta Guardia Nacional de caballería de Castellón, teniendo á su cabeza el acreditado comandante don Antonio Vera, primer alcalde de esta villa , según prevención de este señor gobernador militar el coronel don Francisco González, se situó á cosa de un cuarto de legua cubriendo toda mi retaguardia, como reserva del arma, para en caso de necesidad obrar en observación, de la carretera real y del camino que seguía la columna.

Puedo, decir á V. E. que se condujo á mi satisfacción. Debo advertir á V. E. que el dignísimo comandante de escuadrón don José Rico, cual expuse á V. E. en mi primer parte, á pesar de su delicado estado de salud, se unió á mí desde Castellón, hallándose constantemente á mi lado, así como los beneméritos oficiales capitán de la brigada Real de artillería de marina don Joaquín Laso de la Vega, gefe de la plana mayor, y mi ayudante, que lo es él del provincial de Lorca el teniente don José Amaro Trujillo, quienes solo para el desempeño de las comisiones que les confié llevando ó comunicando mis órdenes se separaron cuando lo juzgué conveniente, conduciéndose siempre con la serenidad, prontitud é intrepidez que ya tienen acreditado.

A una media hora de la capital detuve otra vez la columna, y acompañado de los citados, comandante Rico y oficiales de plana mayor, avanzamos por fuera de la línea de nuestras guerrillas, ya extendidas por uno y otro flanco, habiendo hecho cerrar en masa por compañías à las tres secciones, á reconocer por nosotros mismos el campo enemigo, al que se le observó que apoyando su base en las formidables é infranqueables eminencias de la cuesta de Borriol, hacia descender al llano toda su caballería siguiéndole la infantería. Y deduciendo estar muy próximo el momento de principiar la acción con tantas desventajas por nuestra parte, sin perder tiempo me separé del expresado comandante Rico, á quien recomendé que con el ayudante Trujillo continuase observando á los malvados, ínterin que acompañado del gefe de la plana mayor Laso de la Vega, recorría nuestras filas procurando avivar más y más el entusiasmo y sed de gloria de que estaban poseídas, recordándoles, la necesidad de repetir las pruebas de valor que jamás desmintieron.

Mis palabras surtieron todo el objeto qua me propuse. Al volver al punto avanzado de que había partido, noté que precediendo un vocerío despreciable y de costumbre en los enemigos, sus guerrillas rompieron un fuego vivísimo, cargando impetuosamente y á la vez con 180 y tantos caballos, sostenidos por una nube de sus mejores tiradores: esta fue la situación más crítica de nuestra parte que ya no daba lugar á meditar nada, y que exigía una determinación pronta, extraordinaria, para evitar la catástrofe que nos amenazó. Felizmente, me ocurrió ir sobre ellos, acometerles, no disputarles sino arrancarles la victoria; y al efecto con la velocidad del rayo dispuse el ataque general, cuyo toque repetido por las bandas militares, inflamó a nuestros bravos soldados, que cargando decididamente sobre los rebeldes, consiguieron aterrarlos y arrollarlos en términos de deber su salvación á la vecina montaña que se apresuraban muchos a ganar refugiándose otros al barranco que había al pie de la cuesta y á nuestro flanco izquierdo. Esta operación ejecutada en pocos minutos, nos dio el triunfo completo que obtuvimos pues solo la caballería del Rey, á cuyo frente se colocó el intrépido comandante Rico, dirigiendo con suma inteligencia y serenidad la carga que causo á los facciosos una pérdida de consideración en la que también por nuestra parte tuvimos la desgracia, de que fuese herido el valiente capitán graduado don Antonio Masías, de quien el mismo gefe me ha hecho los mayores elogios, y los demás bizarros del Rey, 1.º de línea; pero que decidió el resultado de tan apreciables esfuerzos.

Roto el fuego por los cazadores de León y del 3.º de voluntarios de Valencia, duró por espacio de cinco horas y media sin interrupción, contestando á el los enemigos, quienes con el objeto de imponernos bajo la apariencia de un segundo ataque, protegiéndose desde las elevadas posiciones que ocupaban, hicieron bajar al indicado barranco nuevas fuerzas; pero su verdadero deseo fácilmente conocido por mí, era entretener el tiempo, apeteciendo que sucediese el hermoso astro que presidia nuestras glorias, las tinieblas de la noche porque suspiraba para huir de nosotros, alejándose del teatro en que habían experimentado su derrota.

Todo mi empeño consistió desde el principio, en atraerlos á la llanura; pero como esta canalla solo ansia tirotearse desde las cumbres, teniendo por escudo los peñascos para desde ellos asesinar impune y cobardemente á nuestros valientes, no quise darles éste placer, y me contente con que desde el pie de las crestas de la sierra en que se refugiaron después de batidos, apagasen sus fuegos; lo realizaron con tal acierto, que después, he sabido que en los vericuetos tuvieron varios heridos, subiendo hasta 20 el número de muertos.

Con la idea de facilitar algún ligero descanso a los fatigados cazadores de León después de tres horas y media de fuego, hice que la compañía de granaderos la relevase, y aumentando la fuerza con cazadores quintos de Lorca, mandados por mi ayudante Trujillo, los cuales también se batieron con serenidad, sosteniendo el fuego con el mayor orden, concluyendo esta brillante  acción a las siete y media de la noche con unos resultados  los más felices, y que sin cesar confiesan y publican todos los moradores de esta rica capital amenazados bajo tantos conceptos por la infame horda que en su necia fantasía se imaginó ser capaz de vencernos.

El enemigo se mantuvo en sus posiciones sin disparar un solo tiro sobre nuestra retaguardia cuando ordene el regreso de las tropas, y sin atreverse a descender de ellas ni un solo foragido. Calculo su perdida, según los datos después, en unos 120 muertos y sobre 60 heridos (los más de gravedad) que han conducido a Benasal, contándose entre los primeros el Curro de Villanueva. La nuestra, aunque corta, es mayor que la que exprese a V.E. en mi anterior comunicación, y me es doblemente sensible por haber averiguado que al malogrado subteniente Francisco Prades, del 3º de voluntarios de Valencia, después de haberle atravesado su cuerpo con tres balazos, resistiéndose heroicamente cuando cargo a su guerrilla la caballería facciosa, le fusilaron en la propia cresta de Borriol. Conducta bárbara y cruel que hace contraste con el esmero y delicada asistencia que ha sido dada al rebelde Vicente Navarro, natural de Onteniente, sargento segundo entre ellos, qué habiendo sido herido gravemente al hacerle prisionero, se le admitió en dicho establecimiento, en el que murió en la noche de ayer". 

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN EMILIO PRADES):

GONZALO DE CÁNOVAS: Gonzalo de Cánovas y Martínez (militar). Fecha de nacimiento :….Lugar de nacimiento: la familia vivía en Totana (Murcia, España); Defunción :...Familia inmediata: Hijo de Gonzalo de Cánovas y Josefa Antonia Martínez; Marido de Juana Manuela Aledo; Hermano de Alejandro de Cánovas y Martínez.

BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

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